Unidad. Intempestivamente ser los dos parte de la misma cosa.
Sin poder distinguir dónde terminan mis extremidades, perdidas en un pedazo de piel que se extiende hasta ti y después vuelve a ser yo.
Te pico los ojos y me duelen los míos. Dices mi nombre y escucho el nuestro sin que si quiera se pronuncie.
Acariciarte las mejillas y lo sentir las mías.
Armonía. Llenar los pulmones de tu aire, y mojarme los labios para sentir los tuyos.
Calma. No buscarte más porque eres yo.
Perfección absoluta. Íntegramente tuyo, simétricamente mía.
Total. Sentir todo lo que sientes sumado a lo que siento yo. Tenerme, cuando te siento mía.
Absoluto. Tan total como cuando somos tú y yo.
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