Respirar profundo y sumergirse en un trago que significa escribir. Mientras tecleas cada carácter es un brazada hacia el fondo de un estanque se vuelve lentamente más espeso hasta que te paraliza de todo. Más que agua, ahora estás sumergido en óleo de colores que apenas logras mover por su espesura. A tu rastro vas dejando remolinos de nuevos colores que crean surcos sobre la superficie. Pintar todo de colores que no sabes si existen y sin saber dejar sobre el suelo la marca de una vaca. Eso es escribir. Divertirte.
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