Como ceniza que respiras

Misteriosamente nos encontramos ante el rompecabezas que pueden formar las letras. 

Las pesadas palabras que llevamos a nuestras cuestas cuando acumulamos letras. Así se hace la magia, con combinaciones preciosas que aveces forman un nombre. 

Un nombre tenía vida en sí mismo, tenía ritmo y color. 

Se respiraba como ceniza que si respiras hondo se mete por todo tu cuerpo y desde ahí comienza a transformar; y si ponías tantita atención sonaba. Por momentos tan fuerte como la explosión de un volcán.

Nada que no hubieras visto antes pero era nuevo.
Ante los pedazos que uno ve cuando camina,
todo son sólo piezas que aun no sabes
a qué te ha de llevar.
Las piezas que alguna vez serán todo y que
intempestivamente cobrarán sentido.
A pesar de ello, hoy siguen siendo nada.

Nada. Siguen siguen siendo nada, mientras no los descifres.

Cuántas piezas de rompecabezas tenemos en nuestras manos, que no lograremos entender nunca. A cuenta gotas llegan a veces las ideas. Mientras caminas o escuchas una carcajada en el fondo. 

Esa carcajada puede ser la pieza que hace falta para entender la ecuación, tampoco es para tanto, son solo palabras para crear en qué creer.

De niño no entendía el peso de las palabras, hoy me persiguen, de vez en cuando me dejo atrapar y dejo que jueguen conmigo.


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