Era como una liga que cuando más se acerca a alguien, es porque está apunto de alejarse con más fuerza. Iba y venía, pero nunca se quedaba en medio, porque no sabía quedarse. Sus pasos eran impulsos para estar siempre en otro lugar. Mariana se levantó bien temprano e hizo lo que todos los días, un ritual para que fuera en verdad un buen día. Todo comenzaba poniendo un playlist motivante, esa mañana eligió Loretta! un play list que había descubierto un día antes con algo de soul y house. Una serie de sentadillas y otra de abdominales. Abrió su ventana para recibir un poco de luz real. Se miró al espejo sintiéndose atractiva, era un destello del sol que se asomaba hasta el tercer piso de su edificio. Se levantó la sudadera que usaba como pijama y notó que se le marcaban ligeramente los músculos del abdomen, le pareció que se vería bien en una foto. Encontró el ángulo para que no se viera la cara, sólo la sombra de unos cuadritos en su abdomen; antes de tomar la foto le agregó un filtro sepia. En verdad lucía bien. Dio un paso hacia atrás, miró sus piernas, metió su rodilla derecha hacia dentro y se alcanzaba a ver un muslo muy bien torneado. Tomó otra foto, ahora de cuerpo completo, incluyendo una sonrisa que no pudo disimular al mirarse al espejo. Empezó Need to Know y subió el volumen, tomó la toalla y se metió a la ducha, de la cuál salió con prisa, ahora no enfrentaría el reto de seleccionar su ropa, porque ya lo había hecho una noche antes. Una blusa rosa de mangas cortas, jeans, una pañoleta blanca con puntos rojos y unos bostonianos. Salió corriendo de casa, los rituales pueden llevarse su tiempo, y por ahora éste había concluido. Era una de esas mañanas, en que sin saberlo, corría con mucha velocidad hacia una dirección que posteriormente la habría de arrastrar en un sentido opuesto. Se comenzaba a estirar la liga.
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