Dos puntos

Ese espacio entre ellos cuando son más de dos, provoca suspenso. Cuando son solo dos, generan atención. Porque están fijos, atentos, te persiguen de cerca y brillan mientras leen. Se toman su pausa, siempre con pausa mientras siguen letras escritas sobre su cuaderno. Sólo entonces permanecen sosiegos, mientras leen y hablan. Sí, son dos puntos que hablan aunque la voz venga desde otro lado, porque dicen muchas cosas que solamente te imaginas y que calculas, y que sospechas, y que después de explotar en mil pedazos con un giro trepidante, callan. Y se quedan así. Quietos, y miran al piso o a cualquier otro lugar fingiendo que nada tiene importancia. Como escondiendo la mano después de haber prendido fuego al mundo. Dos puntos no son una falta de ortografía, ni un intento por terminar dos veces, son una mirada que grita sin decir una palabra. Dos puntos son sus ojos que significan el principio de todo.

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